Ayer, 16 de agosto, el Rector Mayor inauguró en el Colle Don
Bosco, el tercer y último año de preparación al bicentenario del nacimiento de
nuestro Padre Don Bosco (16 de agosto de 1815). Toda la Familia Salesiana se
prepara a este gran acontecimiento que debe dejar una profunda huella en todos
los grupos que la componen. También en nosotros, los Antiguos Alumnos de Don
Bosco.
Este último año está dedicado a la espiritualidad. Los dos
anteriores hemos profundizado en el conocimiento de su vida (2012) y de su
pedagogía (2013). Pero vosotros sabéis bien que eso no basta, porque en la base
de todo lo que Don Bosco hizo hay algo que, a menudo, se nos escapa: la
profunda vida interior, su “familiaridad con Dios”.
El Rector Mayor les decía ayer a los jóvenes en la homilía
estas palabras, citando a Walter Nigg: Presentar la figura de nuestro Padre «sin
evidenciar el hecho de que nos encontramos frente a un santo, sería presentar
una verdad a medias. La categoría del santo debe tener prioridad sobre la de
educador. Cualquier otra clasificación distorsionaría la jerarquía de
valores".
Cultivemos, ahondemos, renovemos e imitemos la espiritualidad de Don Bosco.
Luis Fernando Álvarez González